Nuevos sitios con arte rupestre en Asturias

«Podría teorizarse sobre la presencia aquí o allá de tal o cual tema figurativo o estilo, lejanía entre ellos, o correlación entre lo representado y la cultura material de sus autores. Pero en ello operaría la parte más débilmente inductiva de nuestros razonamientos, y el azar de la prospección causa a veces sorpresas» (Javier Fortea, 1990).

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De izquierda a derecha: Pablo Solares, José Manuel Abeledo, Alberto Martínez Villa y Adrián Álvarez. © Mario Rojas, El Comercio
De izquierda a derecha: Pablo Solares, José Manuel Abeledo, Alberto Martínez Villa y Adrián Álvarez. © Mario Rojas, El Comercio

EL PASADO JUEVES 27 de febrero se dio a conocer en el Museo Arqueológico de Asturias el hallazgo de dos nuevos yacimientos con arte rupestre paleolítico: las cuevas de Pruneda y Soterraña.

El descubrimiento se enmarca en los trabajos de revisión de la carta arqueológica del concejo de Onís, ampliando el catálogo a más de cincuenta sitios con arte rupestre paleolítico en Asturias. La presentación corrió a cargo de Alberto Martínez Villa, Pablo Solares y Adrián Álvarez, miembros del equipo de investigación del Centro de Interpretación de la Fauna Glacial de Avín.

Ambas cuevas están ubicadas en las proximidades de Benia, cerca de la cabecera del río Güeña, afluente del Sella, en cuya cuenca se ubican sitios de entidad como El Buxu y La Güelga. En el concejo de Onís son conocidos otros yacimientos prehistóricos como las cuevas de La Peruyal y Sopeña.

Sala donde se ubican los paneles decorados de la cueva de Pruneda. © Centro de Interpretación de la Fauna Glacial
Sala donde se ubican los paneles decorados de la cueva de Pruneda. © Centro de Interpretación de la Fauna Glacial

Pruneda es una cueva conocida por los habitantes del concejo desde hace años, llegando a utilizarse como refugio para la población durante la Guerra Civil española. En la actualidad frecuentada por practicantes de espeleología, las primeras prospecciones del yacimiento se llevan a cabo en los años setenta del siglo XX. Se sitúa en el extremo de un poljé, en un farallón calizo que lo cierra por su lado norte, y se caracteriza por una gran boca de acceso. El abrigo de la entrada conforma un caos de bloques con abundantes restos arqueológicos en superficie, que da paso a dos salas: una pequeña galería a la derecha y una gran sala a la izquierda, al fondo de la cual una sima desciende escalonadamente a lo largo de aproximadamente ochenta metros hasta alcanzar el nivel freático del sistema cárstico. Es en esta sala donde se localizan los tres paneles con arte paleolítico: en uno de ellos se aprecian trazos grabados finos no figurativos, donde destaca una representación aparentemente cuadrangular. En el segundo de los paneles se conservan restos de pintura roja en muy mal estado de conservación, donde se ha logrado identificar una representación parcial de ciervo. Finalmente, en un tercer panel, de nuevo aparecen restos de pintura roja donde con grandes dificultades se podría identificar algún resto figurativo más, que podrían interpretarse como dos cabras, además de varios signos.

Pruneda: restos de pintura roja
Restos de pintura roja en uno de los paneles de la cueva de Pruneda. © Centro de Interpretación de la Fauna Glacial

La cueva de Soterraña se encuentra apenas a cincuenta metros de la cueva de Sopeña, excavada e investigada por Ana Pinto Llona. Soterraña es una cueva perfectamente orientada, en cuya entrada se documentan en superficie restos líticos y óseos. Al fondo del vestíbulo, en un pequeño camarín, aparecen abundantes trazos grabados, finos y no figurativos.

Según el grupo de investigadores queda por prospectar y analizar detalladamente ambos yacimientos, a fin de confirmar el carácter antrópico de restos de color rojo que aparecen en algunas de las paredes de ambos yacimientos.

Trabajos de prospección en la cueva de Pruneda. © Centro de Interpretación de la Fauna Glacial
Trabajos de prospección en la cueva de Pruneda. © Centro de Interpretación de la Fauna Glacial

Dado el estado de conservación de lo documentado, en la identificación del dispositivo parietal pintado ha sido imprescindible el uso de la aplicación informática Dstretch, diseñada por Jon Harman e inspirada en lo que se conoce como las técnicas de decorrelation streching, un recurso muy habitual en el área de la teledetección con el fin de mejorar de forma sintética el color de una imagen. DStretch ha sido concebida para el estudio en el el ámbito del arte rupestre con el fin de revelar posibles formas aparentemente no visibles en este tipo de yacimientos.

Imagen tratada mediante la aplicación Dstretch, que permite reconocer un ciervo pasante a la izquierda. © Centro de Interpretación de la Fauna Glacial
Imagen tratada mediante la aplicación Dstretch, que permite reconocer un ciervo pasante a la izquierda. © Centro de Interpretación de la Fauna Glacial

La importancia del hallazgo radica, más que en la entidad del arte parietal documentado, en la interesante ubicación geográfica de ambos yacimientos: a medio camino entre las cuevas de la cuenca del río Gueña y la encrucijada fluvial que conforma el Alto de Ortiguero. Desde aquí corre el río Cabra hacia la cuenca litoral oriental y los yacimientos paleolíticos del tramo costero entre Ribadesella y Llanes; y el río Casaño hacia el Cares y las cuevas de los concejos de Cabrales y las Peñamelleras. Estos nuevos hallazgos contribuyen por tanto a reforzar la entretejida trama de yacimientos con arte rupestre paleolítico en la zona oriental de Asturias.

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