«Los datos de La Viña probarían el hecho no menor de que en las etapas iniciales existió una organización parietal; que la noción de la pared como campo gráfico ya estaba asumida» (Javier Fortea, 1991)

UBICADO EN LA CUENCA MEDIA DEL NALÓN, en la base de una destacada pared rocosa al Norte del pueblo de Manzaneda, en el concejo de Oviedo, el abrigo de La Viña proporciona la mayor secuencia del Paleolítico Superior de Asturias, documentando buena parte de sus etapas y subetapas culturales: Auriñaciense, Gravetiense, Solutrense y Magdaleniense. No menos relevante es la presencia de niveles musterienses, lo que al margen de testificar una fase intermedia de ocupación paleolítica en el territorio central asturiano, sirve para analizar el tránsito Paleolítico Medio/Superior en la región cantábrica, evidenciando las contradiciones de los análisis y las conclusiones de algunos yacimientos clásicos, permitiendo nuevas propuestas al respecto.
El abrigo fue descubierto en 1978, y excavado a partir de 1980 bajo la dirección del profesor Javier Fortea, excavaciones que se extendieron hasta el año 1998. El yacimiento fue dividido en dos sectores de excavación, que permitieron corroborar la amplia ocupación humana del yacimiento, a partir de los restos de estructuras organizadas, un importantísimo número de útiles líticos y óseos y una más que notable abundancia de arte mobiliar correspondiente al Magdaleniense medio, con claras referencias al territorio pirenaico francés ante la aparición de contornos recortados o rodetes.
Mención aparte merece la presencia de arte rupestre en el abrigo, que tiene su correlato en el hallazgo, dentro de los niveles arqueológicos, de plaquetas de gelifracción, con restos de los grabados parietales. Más aun, algunos de sus grafismos, expresados mediante profundas incisiones líneales dispuestas con orden y ritmo, quedan cubiertas por los estratos arqueológicos, permitiendo analizar sus posibles referencias cronológicas mediante el análisis del campo manual, y que podrían apuntar a su realización durante el Auriñaciense avanzado de La Viña. Por encima del campo manual, y superpuesta a las líneas grabadas, irrumpe una fase artística figurativa que evidencia las características más acusadas del arte rupestre de la cuenca media del Nalón, con la cierva, el caballo y el bovino como temas principales, ejecutados mediante grabados simples y en ocasiones profundos.
Años después de finalizada la excavación, un destacado y numeroso equipo de investigadores coordinados por el profesor Marco de la Rasilla, lleva a cabo la revisión de materiales con la finalidad de proceder a un exhaustivo estudio de la distribución de los mismos en el yacimiento, al objeto de evaluar la ordenación del espacio y las cualidades y carácterísticas de la ocupación humana del abrigo y el tránsito entre distintas fases culturales. También se estudian las peculiaridades del rico arte mobiliar del yacimiento, ubicado prácticamente en el extremo opuesto al área territorial pirenaica con el que tantas afinidades comparte.
El estudio y la definición de la secuencia de realización de su arte rupestre también forma parte del proyecto de investigación del abrigo de La Viña. Si bien el conjunto es modesto en cuanto al número de representaciones y estado de conservación, el análisis del dispositivo parietal y el estudio de sus relaciones estratigráficas y de superposiciones permitirá clarificar la secuencia artística del Nalón medio, con todas sus particularidades estilísticas y cronológicas.
David Santamaría, miembro del equipo, ya ha defendido los resultados de su investigación sobre las fases de ocupación más antiguas del abrigo. En su tesis doctoral, titulada «La Transición del Paleolítico Medio al Superior en Asturias. El abrigo de La Viña (La Manzaneda, Oviedo) y la cueva de El Sidrón (Borines, Piloña)», sienta las bases de un sólido planteamiento rupturista en el modelo transicional, poniendo de manifiesto las debilidades de un posicionamiento continuista basado en excavaciones antiguas, contaminaciones estratigráficas, datos estratigráficos erróneos y dataciones imprecisas. Concluye que «en muchos casos los depósitos de materiales del Paleolítico superior se movieron o se desplazaron a los niveles del Paleolítico medio generando una transición ficticia», añadiendo que «no hay evidencias contrastadas que respalden la pervivencia de la cultura musteriense hasta las avanzadas fechas que hasta ahora se venían apuntando».
Por su parte, Lucia Martínez, investigadora del área de Prehistoria y Arqueología, en su tesis doctoral titulada «El Gravetiense en el sector occidental cantábrico y sus conexiones pirenaicas», lleva a cabo un estudio cronológico, tafonómico y tipo-tecnológico de las industrias líticas recuperadas en los niveles gravetienses de los yacimientos asturianos de La Viña (La Manzaneda, Oviedo), pero también de Llonín (Llonín, Peñamellera Alta) y Cueto de la Mina (Posada de Llanes, Llanes). Su análisis constituye una aportación fundamental para profundizar en el conocimiento del Gravetiense en la zona. La puesta en relación de los datos cantábricos con los documentados en el área pirenaica «ha permitido incidir en la importancia de los lazos existentes entre estos ámbitos; por el contrario, se constatan marcadas divergencias con respecto a los desarrollos gravetienses del resto de territorios peninsulares y particularidades cronológicas e industriales que impiden asimilar las evidencias cantábricas con la secuencia clásica establecida para el Gravetiense francés».


«Relación entre la estratigrafía y los grabados parietales del primer horizonte gráfico del abrigo de La Viña (La Manzaneda, Oviedo, Asturias)». Vídeo proyectado en el «Congreso Internacional de Arte Rupestre Paleolítico. Cien años del descubrimiento de la cueva de la Peña de Candamo», celebrado en Oviedo entre los días 3 y 5 de julio de 2014, en la ponencia presentada por María González-Pumariega, David Santamaría, Elsa Duarte, Gabriel Santos y Marco de la Rasilla.
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