«Una cueva con arte rupestre no puede ser estudiada, como antaño, en un par de días. Solo la continua frecuentación de las cuevas y la lenta adaptación a las texturas de la roca calcárea, a sus sutiles variaciones estacionales de color, permiten establecer una relación íntima con la pared, así como interiorizarla» (Georges Sauvet, 2011)

EL MÁS RECIENTE IMPULSO INVESTIGADOR en Asturias partió de una iniciativa de difusión del patrimonio arqueológico promovida por el Gobierno del Principado en colaboración con los ayuntamientos de la comarca oriental de Asturias. Estaba destinada a la creación de equipamientos culturales asociados a los yacimientos prehistóricos ubicados en esta zona geográfica oriental.
El origen de esta iniciativa hay que buscarlo en un proyecto que se denominó Museo Abierto de la Prehistoria de Asturias (MAPA), donde se planteaba la creación de una red de espacios visitables relacionados con la Prehistoria, distribuidos por el oriente de Asturias y con una cabecera en Ribadesella, a partir de la creación de un centro museístico asociado a la cueva de Tito Bustillo. El desarrollo de este equipamiento impulsó un proyecto de investigación en las cuevas del macizo de Ardines, con especial atención a Tito Bustillo, llevado a cabo en estos últimos años.
Al mismo tiempo, la relevancia de los hallazgos de restos de neandertal de El Sidrón (Piloña), hicieron necesario un esfuerzo por fomentar los estudios arqueológicos de la cueva, desarrollados desde el año 2000 hasta la actualidad, en colaboración con la Universidad de Oviedo. El estudio de las pinturas y grabados documentados en El Sidrón forma parte de uno de los aspectos más novedosos llevados a cabo en las últimas campañas.
En el ámbito de la zona oriental de Asturias, otras cuevas de las que se han publicado resultados de investigaciones recientes son La Covaciella, Llonín y Coímbre (Peñamellera Alta). Es de destacar además la publicación de una monografía dedicada a El Pindal, cien años después de la inclusión de su arte en la obra Les Cavernes de la Région Cantabrique (1911). Esta publicación, resultado de un meticuloso estudio de sus paredes, fue la tercera de las monografías dedicada a una cueva asturiana desde la publicación de El Buxu (1918) y la Peña de Candamo (1919).
Debe hacerse mención, igualmente, a los trabajos llevados a cabo en La Güelga (Cangas de Onís), importante yacimiento arqueológico que aunque no tiene arte rupestre, ha proporcionado notables muestras de arte mobiliar.
En el ámbito territorial de la cuenca del Nalón, en la zona central de Asturias, La Peña de Candamo ha sido objeto de nuevos estudios con una revisión de los suelos, de las paredes y de su arte. La cueva de El Conde, que al igual que La Peña de Candamo es un yacimiento clásico en la bibliografía sobre la Prehistoria asturiana, ha sido objeto de nuevas excavaciones arqueológicas. También en los abrigos de Torneiros, en la cuenca del río Trubia, se han producido nuevos descubrimientos. Por otro lado, la aplicación de técnicas de escaneado laser 3D y la reconstitución tridimensional resultante han permitido nuevas formulas de registro y documentación del arte rupestre en la Peña de Candamo y en la cueva de Las Caldas (Oviedo). Los más recientes estudios llevados a cabo en el territorio del Nalón se han realizado en La Lluera a lo largo del año 2012, consistentes en una revisión integral del repertorio artístico, dentro del denominado «Proyecto de Estudio Integral de las Cuevas de la Lluera», dirigido por el profesor Adolfo Rodríguez Asensio. En la cueva de El Molín y en el abrigo de Entrefoces, en la cuenca del río Riosa, se realizó un solido estudio de su conjunto parietal, a fin de enmarcar el repertorio gráfico exterior del sitio en el contexto del arte antiguo del área cantábrica.
En la actualidad, un equipo coordinado desde la Universidad de Oviedo se encuentra estudiando los materiales procedentes de las excavaciones del abrigo de La Viña, buscando conclusiones que permitan elaborar un trabajo monográfico sobre este importante yacimiento. Los primeros resultados ya se han visto plasmados con la presentación de una tesis doctoral dedicada a los momentos de transición entre el Paleolítico medio y los momentos iniciales del Paleolítico superior, a la que seguirán nuevos trabajos ahora en preparación. Dentro de este proyecto se incluye el estudio de su arte parietal y mobiliar.
Asimismo, el desarrollo de nuevas técnicas de análisis que se pueden aplicar a la composición de pigmentos o a las dataciones de costras calizas, han aportado resultados de interés en el caso de las cuevas asturianas.
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